
Los registradores de temperatura desechables son vitales para el transporte del mango
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Dado que los mangos son frutas climatéricas sensibles a los cambios de temperatura (rango óptimo: 10-13 °C), estos pequeños dispositivos, fijados a palés o cajas de cartón, rastrean las variaciones de temperatura a lo largo de la cadena de suministro.
Se activan antes del envío y registran datos a intervalos regulares (p. ej., cada 15 minutos) mediante sensores internos. Su diseño sellado impide la manipulación, lo que garantiza la precisión de los datos. Tras la entrega, los usuarios utilizan software o aplicaciones para acceder al historial de temperatura y visualizar los picos o descensos.
Esto es crucial, ya que las temperaturas superiores a 15 °C aceleran la maduración y la descomposición, mientras que las inferiores a 8 °C causan daños por frío. Los registradores ayudan a identificar problemas como una refrigeración defectuosa o retrasos en el transporte, lo que permite intervenciones oportunas. Para los exportadores, validan el control de calidad; para los importadores, garantizan que los mangos lleguen a los mercados con una vida útil más larga. En definitiva, estas herramientas reducen las pérdidas poscosecha y preservan la calidad del mango en el comercio internacional.